Kiko Rivera habla de sus adicciones con Arrogancia ¡De Viernes!
La noche comenzó con Kiko Rivera entrando en el plató de De viernes con una decisión clara: frenar cualquier interpretación que no se ajustara a su realidad. Y lo hizo desde los primeros minutos, dejando claro que Kiko Rivera habla de sus adicciones sin rodeos y sin permitir que nadie cuestione su versión.
El artista quiso arrancar la entrevista dirigiéndose directamente a Lydia Lozano, quien días antes había comentado que en su relación con Irene Rosales él se sentía “molesto por su presencia” antes de la separación. Según explicó el Dj, sus palabras habían sido sacadas de contexto y quiso dejarlo claro desde el principio.
“Considero que la gente tiene muy claro qué hacer con mi vida, pero no con la suya. Ella es la madre de mis hijos y no he dicho nada que le pueda molestar”, expresó con firmeza, dejando claro que su respeto hacia Irene sigue intacto pese a la ruptura. Sin embargo, al recordar que la periodista lo había calificado como “poco caballero”, el tono cambió.
Cuando Lydia Lozano intentó disculparse, él se negó rotundamente: “No me molesta tu comentario, respeto tu opinión, pero no te perdono”.
Unas palabras que descolocaron a la colaboradora, que apenas pudo responder ante la contundencia del invitado. Kiko no se quedó ahí y añadió: “Me molesta que nunca está contenta con nada”, generando uno de los momentos más tensos de la noche.
Kiko Rivera frena en seco a Ángela Portero
Tras zanjar su desencuentro con Lozano, el Dj profundizó en cómo se deterioró su matrimonio. Explicó que el distanciamiento con Irene era mutuo y que, aunque ninguno de los dos fue perfecto, la relación ya estaba exhausta cuando llegó el verano. “A veces se convierte en rutina estar con una persona. Yo tampoco he sido el marido perfecto, pero fue difícil dar ese primer paso”, confesó.
En ese punto, reveló un momento clave: su proceso terapéutico. “Empiezo a ir al psicólogo y ahí cambia todo. Pensaba que Irene tenía la llave de la puerta del infierno en el que estaba todo lo malo que he tenido en mi vida, hasta que me doy cuenta de que no tiene esa llave”.
La reflexión dio paso a un nuevo choque, esta vez con Ángela Portero, que interpretó sus palabras como egoístas, insinuando que Irene estaba para salvarlo. Ahí, Kiko no dejó lugar a dudas.
“El único que se salva de los problemas de adicción soy yo. No te lo voy a permitir. Irene ha estado a mi lado y se lo agradeceré el resto de mi vida, pero el que se salva aquí soy yo”.
Una frase contundente que reforzó aún más la temática central: Kiko Rivera habla de sus adicciones desde la responsabilidad personal, sin victimismo y sin permitir lecturas externas.
La revelación inesperada sobre Irene y el final de la relación
Más calmado, pero igual de claro, Kiko Rivera explicó que ya había hablado de todo esto con Irene Rosales, de modo que no teme la repercusión que sus declaraciones puedan tener. Aun así, se mostró muy serio a la hora de responder a los colaboradores y les pidió mayor precisión al analizar su historia.
Al abordar el estado final del matrimonio, fue directo:
“Te das cuenta de que no hay comunicación ninguna, que dormimos en cuartos separados y que no hay nada. Considero que Irene es una gran persona y la quiero muchísimo, pero se ha ido lo que se tiene que ir”.
El Dj sorprendió entonces al revelar que hacía tiempo que no compartían dormitorio, aunque se negó a especificar desde cuándo.
“¿Irene lo ha dicho? Pues yo tampoco lo voy a decir”.
Una respuesta corta, firme y que dejó a todos sin réplica.
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